El abogado Guillermo Ferreiro encendió el centro de la polémica al afirmar que «si Orlando Arévalo muestra su teléfono, no se salva nadie». Esta afirmación se produce en un contexto donde el abogado sostiene que la mitad de las campañas políticas de los actuales miembros del Congreso están financiadas por narcotraficantes.
Ferreiro, conocido por sus posturas contundentes, no escatimó en críticas hacia las instituciones del país. Aseguró que la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero (Seprelad) siempre estuvo «al servicio del narcotráfico hace tiempo», alegando que el poder real está en manos de los narcotraficantes. «Les hemos entregado el poder real del país», enfatizó.
El abogado también dirigió sus críticas hacia la fiscala Stella Mary Cano, a quien calificó como una «burda sicaria del sistema de justicia paraguayo». Según Ferreiro, Cano es utilizada para llevar a cabo «trabajos sucios» y manipular causas a conveniencia. En este sentido, también se refirió a la fiscal Verónica Valdez como una «cajoneadora de expedientes».
Además, Ferreiro abordó el caso de Mario Ferreiro, sugiriendo que la denuncia en su contra carece de fundamento, ya que sostiene que las obras alegadamente no pagadas fueron efectivamente saldadas.
Por último, Ferreiro comentó sobre la presidencia del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM), indicando que con César Garay Zuccolillo al mando, el narcotráfico perdió influencia sobre esta entidad. Sin embargo, dejó entrever que aún hay mucho por esclarecer respecto a las conexiones entre la justicia y el narcotráfico.